Durante muchos años, para la humanidad el mundo era tan, tan grande y había tanto de todo, que nos pareció infinito.
Y en cierto modo era verdad, siempre y cuando se comprendan ciertas reglas: en la naturaleza no existe la basura: la basura es alimento.
Los ciclos vitales son continuos: no hay un comienzo y un final, todo se transforma. Leer más